LA GALLINA DEGOLLADA.

por Omar Ulloa Dom 05 Sep 2010, 12:04 pm

Un escritor debe creer en el misterio y Horacio Quiroga creyó en él con vehemencia; sus mejores cuentos "Cuentos de Amor, de Locura y de Muerte" responden a una explicable y morbosa pasión por asomarse al otro lado de la vida, donde el amor es locura y, a veces, la muerte es una expresión de amor.

Horacio Quiroga nació en el Urugay, en 1878, y murió ahí mismo en 1937. Es uno de mis escritores preferidos (cree en el maestro -Poe, Maupassant, Kipling, Chéjov, "Quiroga"- como en Dios mismo), tiene una lectura algo plana, pero no por eso menos interesante, aqui les dejo un fragmento de uno de sus cuentos.

LA GALLINA DEGOLLADA.

Todo el día, sentados en el patio en un banco, estaban los cuatro hijos i*d*i*o*t*a*s del matrimonio Mazzini-Ferraz. Tenian la lengua entre los labios, los ojos e*s*t*u*p*i*d*os, y volvían la cabeza con toda la boca abierta.

El patio era de tierra, cerrado al oeste por un cerco de ladrillos. El banco quedaba paralelo a él, a cinco metros, y alli se mantenian inmóviles, fijos lo ojos en los ladrillos. Como el sol se ocultaba tras el cerco, al declinar los i*d*i*o*t*a*s tenian fiesta. La luz enceguecedora llamaba su atención al principio, poco a poco sus ojos se animaban; se reían al fin estrepitosamente, congestionados por la misma hilaridad ansiosa, mirando el sol con alegria bestial, como si fuera comida.

Otras veces, alienados en el banco, zumbaban horas enteras, imitando al tranvia electrico. Los ruidos fuertes sacudian asimismo su inercia, y corrían entonces, alrededor del patio, mordiéndose la lengua y mugiendo. Pero casi siempre estaban apagados en un sombrío letargo de i,dioti,smo, y pasaban todo el dia sentados en su banco, con las piernas colgantes y quietas, empapando de glutinosa saliva el pantalón.

El mayor tenia doce años, y el menor ocho. En todo su aspecto sucio y desvalido se notaba la falta absoluta de cuidado maternal.

Esos cuatro i-d-i-o-t-a-s, sin embargo, habían sido un dia el encanto de sus padres. A los tres meses de casados, Mazzini y Berta orientaron su estrecho amor de marido y mujer, mujer y marido, hacia un porvenir mucho mas vital: un hijo. ¿Que mayor dicha para dos enamorados que esa honrada consagración de su cariño, libertado ya de vil egoísmo de un mutuo amor sin fin ninguno y, lo que es peor para el amor mismo, sin esperanzas posibles de renovación?

[...] Continua.

por Luna_Dark Dom 05 Sep 2010, 4:44 pm

pondras el resto? ? ?
es muy buena la forma en que describe todo...Basta con uno de estos cuentos, un buen ambiente y tendras una tarde estupenda...
Solo he leido a Alan Poe, gracias por el aporte...
Saludos...

por Omar Ulloa Dom 05 Sep 2010, 5:09 pm

Si, pondre las continuaciones, espero les vaya gustando el final esta de locura. Coloco ciertas palabras entre comas y guiones para que el programa no las detecte y las omita, claro esta que no son escritas con el fin de ofender a nadie, solo es parte del cuento ok.

por Omar Ulloa Miér 15 Sep 2010, 1:23 pm

Asi lo sintieron Mazzini y Berta, y cuando el hijo llegó, a los catorce meses de matrimonio, creyeron cumplida su felicidad. La criatura creció, bella y radiante, hasta que tuvo año y medio. Pero en el vigesimo mes sacudiéronlo una noche convulsiones terribles, y a la mañana siguiente no conocía mas a sus padres. El medico lo examinó con esa atención profesional, que está visiblemente buscando la causa del mal en las enfermedades de los padres.

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